‘Sonero de qué’ no es una tiradera a nadie. Pero sí es una canción donde se pone en evidencia la molestia de los salseros que añoran el sonido y la forma de cantar de las figuras más relevantes de la salsa. Así lo aseguró Edwin Pérez, cantautor que ha presentado dicho número en las plataformas.
En entrevista para el programa Salsa Nueva de Salserísimo Perú, Pérez manifestó que él -poniéndose en los zapatos de los salseros de a pie- también tiene sus propias frustraciones. Una de ellas es cuando un baladista ingresa al terreno de la salsa y termina declarando a la prensa que para cantar salsa no hace falta ser pregonero. “Cuando yo escuché eso casi rompo el televisor”, confesó Pérez.
Por cierto, Pérez aseguró que aquel baladista ‘salsero’ hoy es un artista muy famoso y que cuenta con un gran soporte financiero. Eso sí, prefirió no brindar el nombre.
‘Sonero de qué’ también es una reflexión a la forma de tocar la en la actualidad. Y Edwin tiene una pregunta puntual “¿Por qué todo el mundo está tratando de suavizar el sonido?…”
La salsa que lo crió
A propósito de otro número muy solicitado en su repertorio titulado ‘La salsa que me crió’, el cantante se refirió a sus años de infancia en Caguas, Puerto Rico. “Mi familia era cristiana. Por lo tanto, si yo quería escuchar música debía esperar a que mi padre saliera de casa. Recién ahí podía oír -a buen sonido- un disco de Richie Ray y Bobby Cruz que me acompañó por mucho tiempo”, aseguró.
También citó una anécdota que le ocurrió en el Show de las 12, el popular programa de la televisión boricua. Él siempre asistía para ver en vivo a sus artistas. Una vez llegó y justo tocaba Tommy Olivencia. Ese día, el músico necesitaba una peineta para acomodarse el cabello. Y uno de los productores vio que Edwin tenía un look parecido y le preguntó si tenía una. Edwin le respondió que sí y al rato Tommy se estaba arreglando el cabello con su peineta. “Yo estaba feliz”.
Edwin Pérez, para alegría de sus seguidores, afirma que va a seguir por el estilo de salsa que realiza, con mensaje social. No le importa que lo censuren, no le importa que no suene en las radios comerciales. El salsero está decidido a darle con todo a lo suyo. ¿Por qué? Porque por sus venas corre salsa…y de la gorda.